A lo largo de los últimos 70 años, más de 500.000 viviendas de parquet, han sido tratadas por profesionales de este pueblo toledano. Si eres natural de Quismondo, tienes grandes posibilidades de dedicarte o trabajar en una empresa relacionada con el parquet. El pueblo de los parquetistas, donde diferentes generaciones de abuelos, padres, e hijos, han sabido trasmitir la labor de este noble oficio durante tanto tiempo.
A poco más de 60 km de Madrid se encuentra Quismondo, uno de los 20 municipios más pequeños de la provincia de Toledo, que cuenta con algo más de 1500 habitantes. Un pueblo de lo más acogedor, lleno de costumbres y mucho encanto. Como buena villa manchega, por sus calles, puedes disfrutar de la hospitalidad de sus gentes, su rica y abundante gastronomía, sus fiestas populares, o vivir de una manera única la Semana Santa, con tradiciones tan propias como el Tinaní y su Domingo de Ramos, que llenan de orgullo y pertenencia a todos los quismondanos.
Sin embargo, pocas cosas hay tan características de Quismondo como el parquet. Según el archivo personal de Miguel A. Hernández titulado historia del parquet, el primer acuchillador de Quismondo que llegó a Madrid en 1949 fue Enrique Gonzalez Cuesta.
Asimismo, antes de la aparición de las primeras máquinas lijadoras de parquet, el acuchillado y barnizado de suelos de madera se realizaba de una manera artesanal con herramientas bastante primarias como cuchillas, cepillos o raquetas. Tal y como apunta Domingo García Gonzalez, parquetista quismondano con gran solera en el oficio, “Antes no había máquinas para lijar, todo se hacía a mano con una cuchilla, pasábamos todo el dia de rodillas”
Con todo ello, la primera máquina española para lijar el parquet ve la luz en 1950. Conocida como “La Bilbaína”, consigue una auténtica revolución en el sector. La industrialización en el oficio permite un auténtico crecimiento, ya que el parquet deja de ser un artículo de lujo destinado para las altas esferas de la sociedad y se convierte en algo al alcance de muchas personas. Además, se reduce de forma considerable el tiempo y el esfuerzo en la realización del trabajo.
En consecuencia, los habitantes de Quismondo son de gran tradición parquetera, testigos directos de largas y duras jornadas de trabajo, lejos de sus hogares. Los quismondanos tienen mucho que decir en el desarrollo del parquet en España. En palabras de su Alcalde, Jose Eugenio Del Castillo Fernández- Pacheco, “Los mejores profesionales de la instalación y mantenimiento del parquet son de Quismondo”
Algo que permanece en el imaginario colectivo del sector, son los autobuses de “La Sepulvedana” que durante décadas transportaban a cientos de quismondanos en sus jornadas de trabajo hasta Madrid. Tal como recuerda, el parquetista Luis Rodríguez Caro, “Salían dos autocares de Quismondo a las 5:45 de la mañana y a las 6:30 otros dos repletos de parquetistas de este pueblo”
Por tanto, el mayor legado que este pueblo ha dejado en el sector del parquet, es la trasmisión y divulgación del oficio a lo largo de tantas generaciones. Familias enteras han trasmitido la labor del parquetista de generación en generación. Según Alfredo Álvarez, parquetista Quismondano cuya empresa cuenta con tres generaciones de parquetistas,” Yo al parquet le amo porque me he criado en ello”
En consecuencia, el desarrollo y tratamiento del parquet en España tiene mucho que ver con la aparición en el mercado de barnices Deva, cuya distribución en Madrid y ciudades aledañas fue llevada a cabo a principios de los años 70 por los hermanos Hernández. Como expresa Jose Carlos Hernández, “Los primeros pedidos de Deva se hicieron en el cuarto trastero de la casa de mis padres, mi madre de telefonista y yo ejercía de repartidor y vendedor”
Nada más llegar a este pueblo manchego, percibes la nobleza y el cariño de sus gentes que te abren su corazón y acogen a todo el que llega. Para su Alcalde, “Los tres pilares básicos para promocionar el pueblo son El Tinaní, la morcilla y la gente de Quismondo” Desde Pascual Parquet, hemos querido homenajear la trayectoria y tradición de este pueblo con el parquet, y visibilizar en el presente reportaje parte de su impacto.
Hay diversas formas de llegar a Quismondo. En autobús, a través de la empresa de transportes Samar. Desde la estación de Príncipe Pio con una frecuencia de paso de una hora de duración. Durante el trayecto la línea hace paradas en diferentes estaciones del sur de Madrid como Alcorcón y Móstoles.
Asimismo, la manera más frecuente de llegar a Quismondo es en vehículo privado, desde Madrid el viaje tendrá una duración de 46 minutos aproximadamente.
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